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O. Canelones et al. / Boletín de Coyuntura, N º 16; marzo 2018; ISSN 2528-7931; UTA - Ecuador; Pág. 16-20
Gerencia, cultura organizacional y gestión del conocimiento en la administración nanciera de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) en Venezuela
conocimiento explícito y tácito, convirtiéndose en un espiral del conoci-
miento a través de la interacción dinámica entre las diferentes modalidades
de conversión del conocimiento; y la ontológica que distingue cuatro
niveles de agentes creadores del conocimiento: el individuo, el grupo,
la organización y el nivel inter-organizativo, todo esto como parte de la
cultura organizacional. Celis (2015) agrega que la cultura organizacional
constituye un modelo complejo donde se involucran creencias, valores,
actitudes y conductas que son compartidas por los integrantes de la
organización que evolucionan con el paso del tiempo.
Por su parte, Freitas (1991) sostiene que la misma cultura organiza-
cional proporciona un sin número de respuestas a las tendencias de
la descomposición social, estableciéndose la ruptura de los patrones
culturales, que reproduce un orden en particular, mediante el consenso
y la solidaridad entre los miembros de la organización. Al tratar estos
aspectos, se evidencia que existe una mezcla de factores sociales y
culturales que pueden servir de apoyo a la organización que quizás
pueda resultar difícil pero no imposible, ya que el mismo medio organiza-
cional representado en la cultura de la organización, conlleva a la adaptación
general de todos sus miembros y a su vez encaminarse a la búsqueda
de objetivos comunes.
Lo expuesto anteriormente resalta el señalamiento de Briceño (2011),
quien arma que la cultura grupal es el resultado de procesos de in-
teracción complejos (valores, creencias y actitudes), cuya existencia
puede inferirse a partir de las conductas, lo cual representaría lo único
susceptible de ser estudiado. Esta postura, proveniente del interaccionismo
simbólico, permite inferir que al estudiar la conducta de la gente se con-
cibe una exploración del comportamiento humano y sus condiciones.
De lo anteriormente expuesto, se percibe como eje trasversal la idea
del cambio en las organizaciones, como una especie de imperativo que
evoluciona independientemente de las voluntades humanas. En este
orden Valera (2011) expresa la necesidad de transformar la mentalidad
de las personas para generar el cambio, a través de la tecnología y la
búsqueda de nuevos y mejores sistemas de vida.
De esto se desprenden las bases que asentarán al gerente de hoy, lo
cual hace necesario expresar lo dicho por Drucker (2002: 89-90):
El cambio no se puede administrar. Solamente podemos mantenernos
delante de él. Pero si una organización, sea un negocio, una universi-
dad, un hospital, entre otras, no ve como su cometido liderar el cambio,
esa organización no va a sobrevivir. Hay que tener políticas encamina-
das a que el presente sea forjador del futuro.
Es por ello, que la cultura organizacional cobra importancia en los seres
humanos, ya que la misma representa sus ideas, valores, actitudes y
acciones que pueden ejercer de forma apropiada en el ser humano,
conductas gerenciales que coadyuven a las organizaciones a lograr el
éxito y metas planteadas. Todo esto, constituye y contribuye a generar,
construir las bases necesarias de la gestión del conocimiento, el cual
se construye a través de las prácticas cotidianas de vida que generan
cultura, fundamental a la hora de conocer (León, 2014).
Gálvez y García (2011: 141) conrman que las investigaciones muestran
que los valores y las prácticas organizacionales asociadas a la cultura
de innovación, forjan mejoras en la ecacia de las personas, lo cual se
maniesta en la calidad de los productos y servicios y en la relación de
la empresa con su entorno. Ello permite deducir que la cultura organizacional
dentro de la administración nanciera representa una variable o factor ine-
ludible en el acceso del nanciamiento de las PYMES.
Teniendo una cultura organizacional dentro de los parámetros de me-
jorar la capacidad de trabajar en equipo, la aceptación del riesgo y
poder manejar la incertidumbre, implica de forma notoria la mejora del
desempeño de la organización y se puede afrontar con éxito la falta de
recursos en un momento dado por parte de las PYMES, para llevar a
cabo los proyectos de expansión o inversión.
3.- Gerencia y la gestión del conocimiento
En la actualidad, el rol de la gestión del conocimiento en las organiza-
ciones ha venido cambiando debido a la aparición de nuevos para-
digmas asociados al mismo, es por ello por lo que las organizaciones
buscan de cualquier forma estar a la par de las necesidades cambiantes
del mercado y poder con ello lograr satisfacer dichas necesidades.
Barrigaz y Bravo (2012) establecen que para una empresa, la gestión
del conocimiento debe estar centrada en el hecho de que permite
crear ventajas competitivas, y así poder enfrentar una serie de aspec-
tos que existen en la actualidad en el contexto donde desarrolla sus
actividades. Lo señalado por estos autores, resalta la importancia de la
gestión del conocimiento en cualquier organización y cobra más jerarquía
cuando el enfoque va dirigido a las PYMES.
Pedraja, Rodríguez y Rodríguez (2009: 497) arman que:
Las pequeñas y medianas empresas son organizaciones que repre-
sentan más del 80% del total de empresas que existen en Latinoamérica.
Además, estas empresas son las que contribuyen en mayor medida a
la generación de empleo y a la dinámica que se logra en las economías
emergentes. Por lo tanto, descubrir si la gestión del conocimiento im-
pacta sobre la ecacia de este tipo de empresas puede contribuir a
su mejoramiento y, por ende, al crecimiento de un sector económico
importante en los países en vías de desarrollo.
Esta visión de gestión del conocimiento en las PYMES, va a dar im-
pulso a la generación, almacenaje y transmisión del conocimiento en
las organizaciones, en un contexto emergente, sirviendo de ltro a los
gerentes para la toma de decisiones cuando surge la necesidad del
saber. Como lo expone Morín (2000), la educación debe despejar las
dudas sobre la posibilidad de conocer, pues para las organizaciones,
estas interrogantes constituyen el oxígeno para cualquier empresa de
conocimiento.
Esta idea guarda relación con lo planteado por Buckingham y Coman
(1999), quienes expresan que el conocimiento es sencillamente aquello
de lo cual la persona tiene conciencia y este conocimiento puede ser
objetivo, que son las cosas que la persona sabe y vive; lo cual es algo
diferente, ya que se aprende a lo largo del camino, es responsabilidad
de cada uno. Es aquí, donde el conocimiento y el ser humano, ad-
quieren forma y signicado, dado la importancia del conocer, porque si
se toman iniciativas o propuestas educativas del mundo de hoy como
punto de partida, se pueden formular propuestas que den soluciones
a las organizaciones.
Por otro lado, León (2014:20) explica que la teoría del conocimien-
to, como doctrina losóca, distingue cuatro elementos: el sujeto que
conoce, el objeto conocido, la operación misma de conocer y el re-
sultado obtenido, que es la información que se recaba sobre el objeto.
Dicho de otra manera: el sujeto se pone en contacto con el objeto y ob-
tiene una información acerca del mismo. Cuando existe congruencia o
adecuación entre el objeto y la representación interna correspondiente,
se dice que posee la verdad. Al analizar lo planteado anteriormente, se
puede decir que quien posee la verdad está en posesión de conoci-
miento y a su vez tiene la capacidad de poder gestionar conocimiento.
Así lo plantean Pedraja, Rodríguez. y Rodríguez. (2009), quienes mani-
estan que el conocimiento en cualquier campo, otorga poder, capaci-
dad de acción y decisión a quienes lo poseen, de allí la importancia en
una organización de gestionar el conocimiento basada en la eciencia
organizacional, lo cual impactará positivamente sobre la rentabilidad
económica de la empresa.
Para León (2014), en el ámbito gerencial y dirección de empresas,
cuando se hace referencia a la ecacia organizativa, ésta va a estar
asociada tradicionalmente a medidas de orden económico y nanciero.
Es aquí donde la gestión del conocimiento puede convertirse en un principio
esencial de ventaja competitiva dentro de la economía de la información,
para lo cual se hace primordial que las PYMES establezcan sistemas
ecientes de información, tanto internos como externos, y dicha infor-
mación debe ser ecientemente procesada y puesta en práctica. Para
Briceño (2011), el capital humano y su desarrollo, conforman elementos
fundamentales en las sociedades basadas en el conocimiento, necesario