Barrionuevo M/ Enfermería Investiga Vol. 9 No. 1 2024 (Enero - Marzo)
81
los cuales resultan prometedores en el diagnóstico y
detección temprana de la insuficiencia renal aguda (16),
entre las pruebas primordiales y biomarcadores se
encuentran los siguientes:
Creatinina sérica
Es el resultado final del metabolismo, producto de la
deshidratación de la creatina que habitualmente cuenta
con un valor normal según González Milán et al., (13)
entre 0,7 y 1,2 mg/dL (62-106 μmol/L). Esta molécula no
se reabsorbe, pero al haber insuficiencia renal es
secretada por el túbulo proximal de forma variada, lo que
en ocasiones puede resultar en una sobreestimación del
valor de la Velocidad de filtración glomerular mientras
continua la progresión de la insuficiencia renal (17).
El porcentaje de creatina no se altera, a diferencia de la
urea, por la función hepática aunque suele aumentar
después, razón por la que la elevación de creatinina
puede también indicar una etapa crónica en la patología,
este tipo de resultado se lo suele interpretar en conjunto
con el resultado de urea (18).
El proceso de medición de la creatinina se da a partir de
procesos enzimáticos cuyo resultado es peróxido de
hidrogeno que al reaccionar con peroxidasa forma un
color rojizo que se puede medir mediante su absorbancia
a 510 nm de longitud de onda, estos métodos no se
afectan por pseudocromógenos pero si por
concentraciones excesivas de bilirrubina, que actúa
como factor de interferencia (17).
Lipocalina asociada a gelatinasa de neutrófilos
(NGAL)
Aunque originalmente se creía que era una proteína
aislada de neutrófilos humanos, resultó ser una proteína
unida a la gelatinasa de neutrófilos, con un peso de 25
kDa, su liberación se induce generalmente por procesos
inflamatorios, aumentando la expresión en túbulos
renales del RNAm, y siendo reabsorbida en los túbulos
proximales por endocitosis. Razón por la que la excreción
urinaria de NGAL ocurre cuando existe una lesión del
túbulo renal proximal, por consiguiente se puede definir a
la NGAL como un reactante de la fase aguda, además de
que varios análisis han reconocido a la NGAL como
biomarcador de insuficiencia renal aguda en sus fases
tempranas (16).
Interleucina 18 (IL-18)
Es una citocina asociada a la mortalidad, que puede
predecir el daño renal agudo durante las primeras 24
horas, y es secretada a partir de monocitos, macrófagos
y en túbulos proximales, de la misma forma puede
aumentar su concentración 48 horas antes del aumento
en los niveles de creatinina sérica. El nivel de IL-18
urinaria tiene un curso temporal, que se acrecienta en las
4-6 horas iniciales y un tope de concentración a las 12
horas, manteniendo este nivel durante aproximadamente
48 horas (8).
Eritropoyetina
En los casos en los que las funciones renales decrecen y
hay complicaciones que pueden llegar a causar una
insuficiencia renal aguda, hay una disminución en la
síntesis de eritropoyetina en los riñones y por
consiguiente una mala producción de eritrocitos. Como
resultado de estos procesos, la síntesis insuficiente de
eritropoyetina puede resultar en un marcador de daño
renal agudo en ciertas ocasiones, sumado a la medición
de la tasa de filtración glomerular (19).
Urea
Es una sustancia resultante del metabolismo de las
proteínas, y la elevación de sus niveles a nivel sanguíneo
se conoce como uremia, la misma que puede ser
desencadenada por distintos tipos de nefropatías (entre
las que tenemos a la insuficiencia renal aguda),
catabolismo de proteínas en gran cantidad, o descenso
en el volumen plasmático. Los valores normales de este
analito son de 12 a 54 mg/dL (18).
Kidney Injury Molecule-1 (KIM-1)
Según estudios realizados, en casos de sepsis el
biomarcador KIM-1 puede llegar a ser un buen valor
predictivo para el diagnóstico de insuficiencia renal
aguda, aunque sus resultados no pueden evaluar la
condición de la enfermedad. Además, la medición de
KIM-1 a nivel urinario después de un procedimiento
quirúrgico puede llegar a resultar en valores elevados en
pacientes con IRA, y hasta 3 horas después del
procedimiento llega a tener una sensibilidad de
aproximadamente el 48% y especificidad del 94% (20).
Cistatina C
Uno de los mejores biomarcadores de daño renal y es
una proteína endógena llamada Cistatina C (21) que se
produce en la mayoría de células que contienen núcleo,
esta proteína tiene un bajo peso molecular (13,3 kDa)
(22,23). Tiene una estructura de 122 aminoácidos y
pertenece al grupo de inhibidores de la cisteína
proteinasa, al ser una proteína catiónica es filtrada con
gran facilidad por los glomérulos (24). Se considera que
esta sustancia es un buen marcador debido a las
siguientes ventajas: su producción es constante y
también cuenta con una concentración estable, además
no se une a las proteínas plasmáticas (25).
Este biomarcador a diferencia de la creatinina no
depende del nivel de masa muscular o de otros factores
tales como el sexo, raza o edad. Otro factor importante
que puede alterar el nivel de creatinina es la dieta, pero
como anteriormente se ha mencionado, los niveles de
Cistatina C no se ven afectados por este tipo de factores
(26). Otros factores que si pueden alterar los niveles de
Cistatina C son el consumo de tabaco, procesos
inflamatorios, tener niveles altos de adiposidad,
patologías tiroideas y en algunos casos las neoplasias
malignas, este biomarcador tiene gran ventaja en
pacientes pediátricos y geriátricos, ya que este tipo de
pacientes tienen gran variabilidad de los niveles de masa
muscular y por consiguiente variación en los niveles de
creatinina (27).